El escritor y poeta Juan Carlos Suñén, en apoyo a la Ley de grandes simios
MENSAJE PROFUNDO DEL GRAN ESCRITOR Y POETA JUAN CARLOS SUÑÉN
"En un momento en el que es el daño que infligimos a nuestros semejantes (que nos autoinfligimos) el que copa las portadas de los diarios, en estos tiempos de propaganda, decisiones y sacrificios "justificados" por la urgencia de la defensa, podría parecer que no es pertinente pensar en los derechos de los animales.
Pero lo urgente dura demasiado, lo urgente nos lleva gobernando casi desde que acuñamos la expresión "género humano" y nos convertimos (sin darnos cuenta) en una excepción gobernada por el excepcionalismo.
Siempre lo más urgente, lo excepcional, silencia a aquello de lo que no se quiere hablar, como si no se pudiese discutir sobre dos cosas, como si no hubiese dos habitaciones o suficiente gente, o día para hacerlo o capacidad para hacerlo. No es cierto: tan necesario es hablar del negocio como de la honestidad del negocio, detener una guerra como detener el cambio climático o la crueldad hacia unos seres que, en muchos aspectos, no son diferentes de los niños a cuya protección atendemos, siempre, en primer lugar; de eso presumimos.
Lo que nos separa de los grandes simios, si atendemos a Darwin, es un golpe de suerte. No sabemos cual exactamente, solo que sucedió hace muchísimos años; pero eso no nos da derecho a dejarlos atrás, desvalidos ante el aislamiento, el abuso, la explotación, la muerte injusta, el sufrimiento innecesario, la destrucción de su hábitat, la negación de socorro. No tenemos derecho sobre ellos.
Al contrario.
Si de verdad quisiéramos darle algún contenido significativo a la expresión "género humano" deberíamos, casi en primer lugar, asumir nuestro deber hacia la protección (como hermanos mayores) de la vida en su conjunto, nuestro compromiso (como hijos predilectos) con el planeta y (ahora, que conseguir una ley que los proteja se nos ofrece posible) la relación de empatía de especie que nos compromete con nuestros rezagados primos sintientes y sensibles, hábiles e inteligentes, amantes progenitores, respetuosos terrícolas.
¿O aquel golpe de suerte nos hizo, también, olvidar algo?"